sábado, 3 de noviembre de 2007

El ser y la Música

Si, como dije en un artículo anterior, la música representa las leyes del ser, como manifestación de nuestra vida, entonces, no es que creemos música, sino que la captamos. Está flotando en una de las frecuencias del universo.

Muchas personas no pueden entender cómo se produce una melodía en el interior de un compositor. Una de las preguntas que hacen siempre es: - ¿En qué te inspiras?, -buscando siempre un elemento conocido al cual asirse.

La famosa anécdota del gran compositor brasileño Zequiña de Abreu, autor de esa melodía Tico Tico, refiere que una mañana, un pajarito emitió su canto cotidiano e inspiró aquella bellísima canción. El compositor inmediatamente escribió esas notas y las repitió y desarrolló el tema musical

Para mí, el autor encontró en ese canto de las aves un camino a aquella melodía y armonías que, de alguna forma ya existían en el universo. El las captó y las escribió no como quería que fueran, sino del modo en que se las dictó el alma, en un profundo estado de contemplación, de unión entre el cosmos y su propio ser interior.

De ese modo, estar en contacto con nuestro ser interior, no solo es básico para encontrar la paz, o para relajarnos, como se dice en términos por demás pedestres, sino para la propia supervivencia de la especie humana sobre la tierra.

La música es aun más importante que la política pues es, de alguna manera, la cuerda que nos ata con el ser.

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